El viernes 25 ha sido mi primer día en la Feria del Libro de Madrid. Había ido muchas veces, pero siempre como mero espectador, buscando libros o la firma de alguno de mis escritores preferidos. Pero en esta ocasión ha sido la primera vez que iba para firmar mis propios libros y, como imaginareis, ha sido toda una experiencia.
Llegue pronto, a las cinco de la tarde ya estaba allí. Las casetas estaban cerradas pero aproveche para pasear, hacer fotos (siempre llevo mi cámara encima), enviar tweets y, poco a poco, ver como llegaban los escritores y se levantan las primeras persianas de las casetas.
Pronto llego el director de mi editorial, Santos, que me explicó como iba todo y me introdujo rápidamente en la caseta. Ver tantos ejemplares juntos de "El escalón 33" impresiona. Luego llegó la editora, Isabel y más gente de la editorial. Y el reloj marcó las seis de la tarde y empezó la firma de ejemplares. Primero despacio, pero poco a poco la cosa se fue animando. Hombres, mujeres, gente joven y no tanto, todos empezaron a adquirir ejemplares que fui firmando gustosamente. En muchas ocasiones tenía que explicar la trama, puesto que no me conocían ni a mí, ni a la novela (hay que decir que acaba de salir esta misma semana). En general la gente se mostraba muy interesada con el argumento, expliqué a una gran cantidad de lectores que son las “marcas de cantero” y mi editora me llamaba muchas veces la atención para que no revelará más aspectos de la trama.
Terminé de firmar libros a las ocho y veinticinco, hoy volveré de seis a ocho y media, de nuevo en la caseta número 149.
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