domingo, 22 de abril de 2012

La orden de Calatrava, la primera orden militar hispana




La Orden de Calatrava, fue la primera orden militar creada en España, fue fundada en la fortaleza de Calatrava en el año 1158, su fundador fue el abad Raimundo de Fitero, quien junto a un monje de su monasterio se ofreció voluntario para defender la fortaleza de Calatrava.

Esta ciudad, junto al río Guadiana, había sido arrebatada a los árabes por Alfonso VII en 1147. Dada la importancia estratégica del lugar, el rey quiso asegurar su defensa entregándola en 1150 a la Orden del Temple, pero los templarios no se vieron capaces de defenderla y devolvieron la fortaleza al rey Sancho III.

Los monjes de Fitero formaron en poco tiempo un ejército de más de 20.000 monjes y soldados. Ante tal multitud, los árabes rehusaron entrar en batalla, retirándose hacia el sur. Con el compromiso de defender Calatrava los caballeros a tener por superior a un Abad del Císter y vivir entre los monjes, decidieron elegir un Maestre de la Orden. Se convirtieron en una Orden militar, la primera hispana, que adoptó el nombre propio del lugar. El primer Maestre de la Orden fue Don García, que obtuvo del Císter y del Pontificado la primera regla. Esta regla, modelada sobre las costumbres cistercienses para hermanos laicos, impuso a los caballeros, además de las obligaciones de los tres votos religiosos (obediencia, castidad y pobreza), las de guardar silencio en el dormitorio, refectorio (comedor) y oratorio; ayunar cuatro días a la semana, dormir con su armadura, y llevar, como única vestimenta, el hábito blanco cisterciense con una sencilla cruz negra (luego roja, a partir del siglo XIV) "flordelisada": una cruz griega con flores de lis en las puntas, que en el siglo XVI se configuró definitivamente como hoy se conoce.

Desde su fundación hasta principios del siglo XIII la Orden experimentó una serie de altibajos. Tras la derrota cristiana sufrida por Alfonso VIII en la Batalla de Alarcos (1195), incluso tuvo que evacuar sus posesiones y retirarse a Ciruelos (Toledo). 

La Orden alcanzó su afianzamiento definitivo tras la Batalla de las Navas de Tolosa (1212), cuando fijó su sede en la nueva y más segura fortaleza de Calatrava la Nueva (1218) (en el antiguo castillo de Dueñas, por frente del castillo de Salvatierra).

La antigua sede de Calatrava, origen de la Orden, junto al río Guadiana, pasó a convertirse en la sede de una Encomienda, y desde ese momento pasó a ser conocida como Calatrava la Vieja. En poco tiempo, sus grandes recursos humanos y económicos dieron a la Orden un enorme poder político y militar, que duró hasta el final de la Reconquista. 

Disponía de tierras y castillos a lo largo de toda la frontera de Castilla y Aragón, ejercitando un señorío feudal sobre miles de vasallos. Era capaz de aportar, a título individual, hasta 2000 caballeros al campo de batalla, una fuerza considerable en la Edad Media. Además, disfrutaba de autonomía, lo cual trajo consigo diversos enfrentamientos con los reyes, dado que la Orden no les obedecía a ellos, sino al Maestre. Sólo se reconocían superiores espirituales: el abad de Morimond (Francia) y, en último término, el Papa.

A lo largo de los siglos XIV y XV, los calatravos fueron extendiendo sus dominios andaluces con la creación de nuevas encomiendas en Jaén (Lopera, Jimena, Arjona, etc.), Córdoba (Fuente Obejuna, Belmez, Villafranca de Córdoba, etc.) y Sevilla Osuna.

Fernando el Católico logró ser elegido Maestre de la Orden en 1477 por una bula papal, y a partir de él todos los reyes de España revalidaron el título. Bajo el mando de los sucesivos monarcas, y con la reconquista de la península finalizada, gradualmente fueron desapareciendo tanto el espíritu militar como el religioso.

Confiscados los bienes de la Orden por disposición de José I en 1808, fueron restituidos en 1814 por Fernando VII, para acabar definitivamente secularizados en 1855 por Pascual Madoz. La Primera República Española suprimió la Orden, que se restableció en 1875 con el Papado como encargado de regular su disciplina interna. En la actualidad, la orden es una institución honorífica.

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